
La joven que salta con el velo de novia sobre su cabeza es Coyi; quien le toma la cara, Lidia. La imagen fue tomada el 16 de noviembre de 1968 y las inmortaliza tal cual fueron durante por más de seis décadas que compartieron una hermosa amistad.
Así quiso mostrarlas Natalia, hija de Lidia y ahijada de Coyi. “La foto perfecta. Mi mamá y su mejor amiga el día de su casamiento. La foto tiene más de 50 años, pero así siguieron ellas hasta hace un año y pico, cuando mamá murió. Coyi, su amiga, casi también, porque no le importó nada, la acompañó hasta el final y se contagió”, resumió en un posteo en Twitter que pronto se hizo viral, emocionó a los usuarios en las redes y provocó una cataratas de reflexiones sobre la amistad.
“Fueron amigas de toda la vida. Somos una familia y compartimos todo”, resume Natalia Vavreñiuk sobre la foto la encontró en la vieja casa de Pergamino, de donde las amigas son oriundas. Su mamá contrajo coronavirus y murió a causa de la enfermedad el 26 de diciembre de 2020. “Creo que en esa foto se ven las dos tal cual son y las resume; sin pensar en más nada, luego de estar en esa casa y mientras regresaba a Buenos Aires, tomé la foto, le hice una captura y la compartí”, dice sobre la imagen que ya supera los 101 mil “me gusta”.
Sobre ese momento, Coyi ya no recuerda los detalles, pero sí que aquella fue su noche especial. “Celebré mi casamiento con toda mi familia y mis amigas al lado. Fue una fiesta hermosa”, resume.

La historia de una amistad
“Nos hicimos amigas en la escuela secundaria, Lidia era un año mayor que yo, y continuamos siéndolo al terminar el colegio. Fue una amistad muy linda, plena… Ella fue madrina de mi hijo y yo del suyo; siempre nos contamos todo, jamás nos peleamos. Así vivimos este vínculo hasta que un día enfermó y la llevé al médico: lo que menos imaginamos fue que tenía covid y me terminé contagiando. Estuve muy mal, pero en el Hospital de Clínicas, después de dos meses de internación, me salvaron. Lidia murió por la enfermedad”.
Coyi, hoy con 76 años, resume de un tirón la historia de la que fue para ella una de las amistades más entrañables que tuvo y que por culpa del coronavirus terminó de manera abrupta, sin despedidas, sin saber que aquel día que acompañó a su mejor amiga al médico, porque se sentía mal, sería la última vez que la vería.
Después de terminar la escuela, cada una formó su pareja, Lidia abrió una panadería y Coyi se dedicó de lleno a la familia. Años más tarde, abrieron juntas una lencería y compartieron viajes.

“Un año, cuando los chicos eran chiquitos, nos fuimos de vacaciones las dos familias juntas. ¡Me daba miedo irnos 15 días y volver todos peleados, por los chicos, que eran cinco; viste esas cosas que pasan cuando se juntan las familias y los chicos se pelean, pero nada de eso pasó. Todo lo contrario, volvimos más amigas entre nosotras y nuestras familias”, recuerda y confía: “Para mi era la hermana de la vida, mis hijos siempre la llamaron tía, como sus hijos a mi”, cuenta.
Aunque la experiencia no fue mala, esas fueron las únicas vacaciones en grupo familiar que Lidia y Coyi compartieron; las que siguieron fueron solas (siendo ellas más grandes) y con otras amigas en común. “Visitamos las Cataratas, Mendoza, Brasil, la pasamos muy bien y nos divertimos muchísimo”.
Coyi acaba de pedir que le instalen el Twitter en su celular, no lo conocía y no es una red que se use mucho en Pergamino, pero apenas supo por su nieta que está en Buenos Aires, que la foto con su querida amiga se hizo viral, quiso leer los comentarios.

“Me emociona mucho porque esa foto resume nuestra amistad, es un símbolo de la relación que tuvimos. Y fue esta pandemia maldita la que de una manera tan bruta nos separó, pero nos quedan los recuerdos”, asevera.
Cuando Lidia murió, Coyi estaba comenzando a levantar fiebre y luego fue trasladada al Hospital de Clínicas. No la pudo ver, no la pudo despedir. Solo le quedó llorarla en silencio y ante el dolor que su cuerpo comenzaba a manifestar por el virus.
“Estábamos en la casa y se sentía mal, así que la subí al auto y la llevé al médico, no sabíamos qué era lo que tenía. Eso pasó un jueves y quedó internada. Al saber qué tenía, quedé aislada en mi casa, pero el sábado comencé a tener fiebre y mi nuera me llevó a Buenos Aires, donde estuve internada dos meses. Casi me muero”, recuerda.

Para la familia, la tragedia había tocado en 2019. “Mi hermano murió un año antes que mi mamá, así que el ultimo tiempo fue muy difícil para nosotros. Por estos días, estuve yendo a la casa de Pergamino a desarmar la casa de mi mamá y me encontré con muchas cosas, muchos recuerdos, y las fotos fueron algunos, así encontré esta que me pareció maravillosa porque resume lo que fueron juntas: se contuvieron mucho. Mis viejos me enseñaron cuál es el valor de la amistad y que los amigos son la familia que uno elige. Y ahora que no queda familia, están los amigos conteniéndome”, dice quebrada Natalia.
Cuando el marido de Lidia falleció, sus hijos eran adolescentes y Coyi fue una de las amigas que la contuvo más allá de lo emocional.
“Nos sostuvieron incluso económicamente, hasta que nos acomodamos porque yo tenía 15 y mi hermano, 13. Nos ayudaron en todo sentido y para mi es muy movilizante todo lo que vivo al desarmar la historia. Sé que a Coyi la conmueve mucho mi mamá y su recuerdo, por eso valoro tanto que las demás personas conozcan la amistad que las unió. Hoy veo los comentarios que recibo y veo que las amigas se etiqueten y hablan de sus relaciones y eso es maravilloso”
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